martes, 3 de septiembre de 2019
CAPITULO 51
Asiento y le veo marcharse con el corazón encogido por la culpa. Los ojos se me llenan de lágrimas y las aparto de mi cara con el brazo. Es inútil arrepentirse de lo que acabo de hacer, mi mente me dice que es lo correcto aunque se me haya roto un pedacito de corazón. Con un suspiro, me dejo caer en la cama y llamo a Lu para contarle lo que ha pasado.
—He roto con Pedro —digo nada más descolgar el teléfono.
—¿Cómo estás?
—Mal, mucho peor de lo que creía. Le he hecho daño, Lu, le he roto el corazón y no sé qué va a pasar a partir de ahora.
—No es culpa tuya haberte enamorado de otra persona, Paula. Céntrate ahora mismo en Wolf y en conocerle, Pedro ya es mayorcito para cuidarse solo.
—Se irá, Lu. No sé por qué tengo el presentimiento de que se marchará.
—¿Por qué te importa tanto que se marche? ¿No dices que no quieres nada con él?
—¡Pero somos amigos! Es mi amigo y le quiero.
—Si de verdad sois amigos no se irá a ninguna parte.
—Ojalá tengas razón. No creo que fuera capaz de soportarlo.
—Cualquiera diría que te has enamorado de él.
—No digas tonterías, no puedo enamorarme de dos hombres a la vez.
—¿Y eso quién lo dice? Nadie puede controlar los sentimientos, Paula.
—En cualquier caso ya he elegido.
—Pero no estás nada segura de tu decisión.
—¿Cómo estarlo si he elegido a alguien a quien no he visto en persona ni una sola vez? ¿Y si cuando le tenga delante no me gusta nada? ¿Y si me he equivocado dejando escapar a Pedro?
—Si es así te tomas un café con Wolf, le dices amablemente que lo sientes, pero que no es tu tipo y llamas a Pedro y le dices que te has equivocado y que quieres volver con él.
—Tal vez entonces sea demasiado tarde.
—Pues chica, te conviene que esa cita a ciegas se produzca lo antes posible, ¿verdad?
—Tienes razón. Voy a hablar con Wolf cuanto antes.
—Paula, si aún sigue insistiendo en que no es el momento de veros creo que deberías olvidarte de él y pensar en una relación de verdad con un hombre de verdad.
—¡Por esto no quería enamorarme!
Cuelgo el teléfono y me tumbo en el sofá para intentar hablar con Wolf. No está en línea, así que resoplo antes de lanzar el móvil sobre el cojín e ir a la cocina a prepararme la cena.
¡Cuánto echo de menos las cenas con
Pedro! Cocina tan bien… y para qué voy a mentirme, me gusta pasar tiempo con él, incluso cuando no terminamos en la cama. Creo que Lu tiene razón… me he enamorado de dos hombres a la vez, y no sé cómo demonios voy a salir de este atolladero.
Estoy terminando de comerme mis insípidos macarrones con queso precocinados cuando suena la alarma de mi teléfono. Tengo un mensaje de Wolf al fin.
Lobosolitario: Buenas noches, Bunny. ¿Qué tal te encuentras?
Conejitasexy: Por fin apareces… ¿Dónde has estado metido?
Lobosolitario: He estado haciendo unos recados, nena. ¿A qué viene tanta urgencia?
Conejitasexy: Acabo de dejar a mi ayudante. Le he dicho que lo nuestro se tiene que acabar y no se lo ha tomado demasiado mal, aunque sé que le he hecho daño.
Lobosolitario: Es lo que querías, ¿no? Dejarle para empezar algo nuevo conmigo.
Conejitasexy: La verdad es que ahora mismo no lo sé. Creo que he cometido un error al dejarle, y sé que me voy a terminar arrepintiendo.
Lobosolitario: ¿Es que no quieres estar conmigo?
Conejitasexy: Querría si te conociese en persona de una vez por todas. La verdad es que tanto secretismo me tiene muy mosqueada.
Lobosolitario: No te he mentido en nada, nena. No tienes que preocuparte.
Conejitasexy: Nadie me dice que me estés diciendo la verdad.
Lobosolitario: ¿No confías en mí?
Conejitasexy: No me das motivos para hacerlo.
Lobosolitario: Pero aun así has dejado a tu ayudante para estar conmigo, ¿no es cierto?
Conejitasexy: Le he dejado porque no soy tan ruin de jugar a dos bandas.
Lobosolitario: Pero tenías la opción de dejar de hablar conmigo y no la has elegido.
Conejitasexy: Y te aseguro que no tengo ni idea de por qué.
Lobosolitario: La solución es tan fácil como borrarte de la aplicación y llamar a tu ayudante para decirle que te has equivocado.
Conejitasexy: La solución es que nos conozcamos en persona de una puñetera vez.
Lobosolitario: Pronto, Bunny. Muy pronto nos conoceremos.
Conejitasexy: Para el carro, Wolf, se acabó el muy pronto. Mañana es un gran día para conocernos. Creo que el mejor.
Lobosolitario: ¿Y por qué mañana?
Conejitasexy: Porque soy yo quien lo está dando todo y tú a mí no me has dado apenas nada, por eso.
Lobosolitario: Te he dicho mi nombre.
Conejitasexy: Que puede ser falso, Wolf. Tú decides, o nos vemos mañana o cierro mi perfil en la página y vuelvo con Pedro.
Lobosolitario: ¿Te quedarías con el segundo plato?
Conejitasexy: Si nos ponemos así, el segundo plato eres tú, porque ya me he acostado con él.
Pasan unos cinco minutos antes de que Wolf vuelva a escribir. Si llega a tardar un poco más habría cerrado el perfil sin pensármelo dos veces, porque ya estoy cansada de todo este juego infantil.
Lobosolitario: Tú ganas, Bunny. Dime dónde nos vemos.
Conejitasexy: En el Joe’s, en la esquina de Waverly Place y Gay Street. ¿Sabes dónde es?
Lobosolitario: Muy bien, en el Joe’s mañana a las cinco. Ponte ese vestido tan sexy que te compraste en Italia para mí.
Conejitasexy: ¿Y cómo te reconoceré?
Lobosolitario: Lo harás, Bunny. Solo tendrás que escuchar a tu corazón.
Conejitasexy: No es justo… tú sí sabes cómo soy yo.
Lobosolitario: ¿Y qué más da? ¿Es que piensas salir a correr si no soy lo que esperabas?
Conejitasexy: ¡Claro que no! ¿Por quién me tomas?
Lobosolitario: Lo suponía. Mañana en el Joe’s, Bunny. No me dejes plantado.
Conejitasexy: ¿Estás loco? Ahora que por fin voy a conocerte no pienso llegar tarde.
Lobosolitario: Buena chica. Y ahora te dejo, tengo cosas que hacer antes de mañana.
Conejitasexy: Buenas noches, Wolf.
Lobosolitario: Buenas noches, Bunny.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario