miércoles, 28 de agosto de 2019

CAPITULO 30




Por la tarde voy como siempre a tomarme una copa con Luisa en Madame Geneva. Por fin podemos retomar nuestra costumbre después de unas navidades infernales por culpa del trabajo, y ambas tenemos que ponernos al día sobre lo que pasó en Navidad. Ya me he tomado tres margaritas y parece que el alcohol se me ha subido un poco a la cabeza.


—Echaba de menos esto —admito con un suspiro.


—Yo también. Entre el trabajo y mis citas con Eduardo no hemos tenido tiempo para nosotras.


—¿Y qué tal anoche con Eduardo?


—¡Fatal! Oye, en serio, ¿es que tengo algo mal? —pregunta en un tono lastimero que me hace reír.


—¡Qué vas a tener algo mal! En todo caso el que tiene algo mal es él, que no valora a una mujer como tú. Si yo fuera lesbiana te aseguro que no te dejaba escapar —bromeo.


—Pues algo debe pasar, porque le recibí con un conjunto de lencería sexy, intenté seducirle y en vez de llevarme a la cama se marchó.


—¿Cómo que se marchó?


—Lo que oyes. Me apartaba cada vez que intentaba besarle y cuando por fin sentí que tenía una erección me dijo que lo mejor sería que se marchase a casa.


—Esto apesta, Lu. ¿Qué hombre en su sano juicio despreciaría a una mujer que lo recibe bien dispuesta a llevárselo a la cama?


—Pues al parecer, Eduardo. ¿Y tú qué tal con Pedro después del besazo de ayer?


—Tuvo que ser un error, Lu. O estaba borracho o drogado, porque hoy se comporta como si no hubiese pasado nada.


—No digas bobadas, eres perfecta para él, pero tal vez teme perder el trabajo, por eso se comporta así.


—Que no, Lu, que es como si la mañana de ayer no hubiese pasado nunca. ¡Sentí su erección en mi pierna! ¿Estaba cachondo y hoy no se acuerda de nada?


—¡Hombres! No hay quien los entienda.


—Tienes razón, creo que voy a seguir con mi aventura online con Wolf, así seguro que no me llevo otro chasco.


—Haces bien, pero creo que ya hemos bebido demasiado así que vámonos a casa.


Por suerte Luisa es la voz de la razón, porque de buena gana me habría quedado bebiendo hasta perder la consciencia. En serio, ¿qué les pasa últimamente a los hombres para que nos hagan perder la cabeza intentando entenderles? ¡Y después dicen que somos las mujeres las complicadas!


En cuanto llego a casa, me pongo el pijama y me tumbo en la cama con el teléfono. Abro la aplicación de la página de citas para ver si tengo algún mensaje de Wolf, pero no me ha escrito en todo el día. Aunque no quiera reconocerlo, me siento un poco triste porque no se haya acordado de mí, pero veo que está en línea y decido escribirle yo misma.


Conejitasexy: Buenas noches, Wolf. ¿Estás por ahí?


Lobosolitario: Buenas noches, Bunny, estaba esperándote. ¿Has tenido un día largo? Hoy has llegado más tarde de lo habitual.


Conejitasexy: No, estuve tomándome una copa con una amiga en un bar. ¿Puedo hacerte una pregunta?


Lobosolitario: Por supuesto, cariño, dispara.


Conejitasexy: ¿Por qué los hombres sois tan complicados? ¿Por qué nos volvéis locas con vuestros actos y luego os comportáis como si nada?


Lobosolitario: Deduzco que esa pregunta es por tu ayudante.


Conejitasexy: No, asombrosamente no es por mi ayudante, aunque también valdría para él. Mi amiga ha conocido a un hombre en esta página y llevan unas semanas saliendo. Anoche iba a cenar con ellos, pero él fue a por vino y yo aproveché para dejarles intimidad. Cuando él volvió mi amiga le recibió en ropa interior, pero en vez de llevársela a la cama él se marchó.


Lobosolitario: ¿Se marchó? ¿Así, sin más? No es que tenga mucho sentido, Bunny. Si tú me recibieses así no saldríamos de la cama en una semana.


Su afirmación me deja con la boca abierta y el calor del deseo se instala entre mis muslos, que cierro en un vano intento de calmar mi anhelo.


Conejitasexy: ¿En serio?


Lobosolitario: Totalmente en serio, preciosa. ¿Aún no te has dado cuenta de que me vuelves loco?


Conejitasexy: Nunca me habías dicho nada.


Lobosolitario: Siempre tienes a tu ayudante en la boca, cariño.


Conejitasexy: ¡Pero es que a mí no me gusta Pedro!


Lobosolitario: ¿En serio? Hace unos días me dijiste que estabas confundida. ¿Ya has tomado una decisión?


Conejitasexy: Cualquier relación con mi ayudante está descartada. Nunca hay que mezclar negocios y placer.


Lobosolitario: Eso no significa que no te guste, ¿verdad?


Conejitasexy: Significa que no habrá nada entre nosotros por más que me provoque.


Lobosolitario: ¿Te provoca? ¿Cómo?


Conejitasexy: Ayer me aprisionó contra la pared y me dio uno de esos besos que te dejan con las piernas hechas gelatina.


Lobosolitario: Anoche no me lo contaste.


Conejitasexy: Estabas cenando con tu hermana y no quería molestar.


Lobosolitario: Cuéntame qué ocurrió.


Conejitasexy: Fui a comprobar que tenías razón respecto al muérdago y él estaba allí. No quería quedar como una tonta, así que le dije que iba a recoger algo. No había nada… excepto mis medias de repuesto.


Lobosolitario: ¿Medias de repuesto? ¿Para qué?


Conejitasexy: Por si se me rompen las que llevo puestas justo antes de una reunión. Tengo la mala costumbre de hacerlo.


Lobosolitario: ¿Y qué pasó?


Conejitasexy: Él se rió de mí, yo le saqué la lengua… él me aprisionó contra la pared y me besó.


Lobosolitario: No me extraña en absoluto… No se le debe enseñar la lengua a un hombre a no ser que quieras que te bese, Bunny. Eso es de manual.


Conejitasexy: Llevo demasiado tiempo fuera del mercado y hay cosas que no recuerdo. Estoy oxidada, Wolf.


Lobosolitario: ¿Cuánto?


Conejitasexy: ¿Perdón?


Lobosolitario: ¿Cuánto llevas sin sexo?


Conejitasexy: Tres años.


Lobosolitario: ¡Por Dios bendito! ¿Y me puedes explicar cómo has conseguido aguantarlo?


Conejitasexy: No pensando en ello…


Lobosolitario: ¿Solo eso? Apuesto a que tienes algún juguetito erótico por ahí escondido.


Conejitasexy: ¡No seas cotilla! Esas cosas son privadas.


Lobosolitario: Eso quiere decir que sí. ¿Y lo has utilizado pensando en mí?


Conejitasexy: Se nos está yendo esta conversación de las manos.


Lobosolitario: Confiesa, Bunny.


Conejitasexy: No hay nada que confesar, Wolf.


Lobosolitario: Pues te aseguro que yo sí me he masturbado infinidad de veces pensando en ti. No sé qué demonios tienes, preciosa, pero me haces desearte con desesperación.


Conejitasexy: Eso no es verdad.


Lobosolitario: Yo nunca miento, Bunny.


Conejitasexy: ¿Entonces por qué no quieres que nos conozcamos?


Lobosolitario: Porque aún no estás lista para mí.


Conejitasexy: ¿Lista para ti? Te aseguro que si tienes alguna discapacidad no me importa en absoluto.


Lobosolitario: ¿Una discapacidad? No te preocupes por eso Bunny, soy un hombre completamente sano y perfectamente capaz de satisfacer a una mujer.


Conejitasexy: Nunca he puesto en duda que puedas satisfacerme. De hecho en mis fantasías lo haces más que bien.


Lobosolitario: Al fin confiesas… y el resultado de esa confesión será que vuelva a masturbarme pensando en ti.


Lobosolitario: ¿No sería mejor que vinieras a mi casa y me demostrases de lo que eres capaz?


Lobosolitario: Parece que los margaritas se te han subido a la cabeza, nena.


Conejitasexy: No es el alcohol, simplemente me muero de ganas de conocerte.


Lobosolitario: Te aseguro que yo me muero de ganas de saborearte, de aprisionarte contra la pared y hacerte el amor hasta que llores de placer, pero aún debemos esperar. Es tarde, debes descansar. Buenas noches, Bunny.


Conejitasexy: Buenas noches, Wolf.


Me acuesto más excitada de lo que he estado en años, y muy, muy frustrada. Aunque tengo a dos hombres en mis fantasías, ninguno de ellos termina en mi cama.



No hay comentarios:

Publicar un comentario