miércoles, 28 de agosto de 2019
CAPITULO 33
Después de pasar un día de Año Nuevo de ensueño con Pedro volvemos al trabajo. Hemos pasado casi todo el día en la cama, o mejor dicho, en la cama es donde menos hemos practicado sexo. Es un hombre increíble, tiene una gran imaginación y me ha hecho disfrutar más de lo que podía imaginar, pero hay que volver a la realidad aunque no quiera porque me asusta que nuestro acuerdo interfiera en el trabajo. Anoche Pedro se marchó a su apartamento a regañadientes porque su intención era pasar la noche conmigo aunque ese no es nuestro trato.
—¿Y qué más da que pase la noche contigo, Paula? —protestó— Mañana me iré a primera hora para cambiarme y cada uno llegará a la oficina por su lado.
—Necesito dormir, Pedro. ¿Sabes lo que es eso? Estoy destrozada.
Él se acercó y enredó sus brazos en mi cintura con una sonrisa traviesa.
—¿Acaso vas a negarme que prefieres estar sin dormir a dormir completamente sola? —preguntó.
—Créeme, esta noche no lo prefiero. Te recuerdo que mañana tenemos que prepararnos para el viaje a La Toscana y no puedo lidiar con tu primo si no estoy completamente despejada.
—Por esas te libras. —Acercó sus labios a los míos y me besó—. Nos vemos mañana entonces, nena.
—Hasta mañana.
A pesar de todo no fui capaz de hablar con Wolf. Aunque realmente parezca una tontería siento que le estoy traicionando de alguna manera, y aunque debería hablar con él y decírselo no creo que sea la mejor idea. Lo que tengo con Pedro es tan solo una aventura y si se lo cuento quizás estropee la oportunidad de tener una relación estable con él.
Entro en el edificio donde trabajo respirando hondo. Lu está inmersa en el papeleo y me sonríe cuando me apoyo en el mostrador con un suspiro.
—Buenos días, Lu.
—¿Dónde has estado? Te llamé ayer pero no me cogiste el teléfono.
—Lo siento, no me encontraba demasiado bien —miento.
—¿Y por qué no me lo dijiste? Habría ido a cuidarte.
—No quería estropearte la oportunidad de pasar tiempo con Eduardo.
—Eduardo ha desaparecido. Literalmente.
—Espera, ¿qué? ¿Cómo que ha desaparecido?
—Su teléfono no existe desde el día de fin de año, y como nunca fuimos a su casa no sé dónde buscarle. Intenté contactar con él por la página de citas pero su perfil ha sido borrado.
—Mierda, Lu… Lo siento muchísimo.
—Desde el primer momento vi algo extraño en su comportamiento pero no hice caso. Lo normal habría sido que se acostase conmigo y desapareciese, pero qué más da… sobreviviré.
—Por supuesto que lo harás. Si me necesitas…
—Estoy bien, sube a trabajar que ya llegas tarde.
—¿Comemos juntas?
—Claro, nos vemos luego.
Subo en el ascensor con el corazón latiendo a mil por hora al pensar en ver a Pedro. Tengo miedo de enfrentarme a él, pero si no lo hago nunca sabré cómo irán las cosas entre nosotros.
En realidad no sé si temo perder a un hombre tan bueno en la cama o a un ayudante tan eficiente como él…
—Buenos días, jefa.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario